Eso de escribir este perfil resulta a veces algo que parece ya sea egocéntrico o incluso de poca importancia para los lectores pero es un preámbulo desde el cual opino sobre algunos aspectos de la industria fitness, acondicionamiento físico y salud.
Empecé a hacer ejercicio desde que me acuerdo, ejercicio de fuerza a los 15 y formalmente al gimnasio a los 16. Llevo 31 años en el ambiente de clubes y gimnasios. He sido usuario, entrenador, gerente de club, gerente corporativo, asesor, capacitador y emprendedor en la rama del acondicionamiento físico y del fitness. Conozco el ambiente de los clubes y gimnasios, a los tipos de usuarios, a los empleados de todos niveles en este tipo de organizaciones, tipos y niveles de clubes y gimnasios, sus paradigmas y culturas. Sobre todo porque además de estudiar (al principio de hobby) las ramas del acondicionamiento físico con manuales de certificación internacional NSCA, ACE, ISSA, RTS, RBT), soy administrador de empresas de profesión, diplomado en planeación estratégica, estudiante de técnicas de comportamiento humano (PNL, Eneagrama, Cuadrizonas Cerebrales, diplomado en Coaching Ejecutivo). Soy ávido lector en temas de ventas, marketing, estrategia, temas de acondicionamiento físico y salud y otros.
De manera concreta en este artículo hablaré sobre el ambiente y tipo de servicio en los gimnasios hoy en día respecto a lo que había hace 10, 20 y 30 años desde mi experiencia y visión.
Cuando llegué a los 16 años al gimnasio lo primero que vi en el gimnasio fue a un “Gordifuerte”, anabolizado, gritón, mandón y rudo, era el instructor que era el centro de atención del lugar. Todos iban a el, él les señalaba un ejercicio a realizar, el usuario iba a hacerlo por las series y repeticiones indicados y regresaba a preguntar cuál era el siguiente. Así traía a todos los clientes. El entrenador podía comer sus latas de atún sobre algún rack o banco del mismo gimnasio, cobraba dinero a los clientes por “dar servicio”, vendía ropa y complementos alimenticios. El entrenador era el rey del lugar, el centro del servicio. Los gimnasios no eran tan limpios realmente y muchos puntos del servicio realmente no eran cubiertos por no decir que ninguno y así estuvieron muchos años “funcionando”. No había de otra.
Más adelante entró en México el estilo de servicio de cadena. Ya había limpieza, orden, institucionalidad en normas, reglas y procedimientos, cosa antes no había. El concepto de cadena se ha proliferado y hay varias operando en México. Cumplen ya con muchos puntos de servicio como la limpieza, atención al cliente, calidad del equipamiento y la capacitación de los entrenadores que antes era solamente empírica. Hoy día hay más actualización respecto a distintas herramientas, técnicas y ofertas de acondicionamiento físico. Antes eran los aeróbics y el gimnasio. El entrenamiento grupal también se ha desarrollado con modelos de acondicionamiento físico más variados y divertidos.
Los llamados “gimnasios de barrio” han venido a sufrir su no adaptación al mundo del servicio y cada vez que las cadenas se ponen cerca acaban con su negocio y es obvio ya que no están dando un servicio adecuado. Pero incluso las cadenas de clubes aunque muy glamorosas algunas, con equipos de primero mundo, amplias, grandes, limpias y en donde te llaman por tu nombre no han podido resolver que los usuarios de gimnasio cuenten con un plan de acondicionamiento físico personalizado. Lógico es que si llevas un plan de entrenamiento apegado a ciencia tendrás mejores resultados que si lo llevas a la ocurrencia de un entrenador que preparado o no, no ha preparado tu plan y te va diciendo sobre la marcha lo que hay que hacer, siempre y cuando le des un dinero extraoficialmente. Lo curioso es que los clientes caen en esta trampa de ser ignorados y solo tomados en cuenta si dan dinero extra que como ya he señalado de nada sirve ya que no les están planificando su plan.
Incluso cuando paga el usuario un paquete de sesiones personalizadas, muchas de las veces no les están planificando su entrenamiento. Simplemente les están acompañando a hacer los ejercicios y contando series y repeticiones.
Este factor arriba mencionado hace que hoy día no haya gran diferencia entre el servicio y resultados que podría obtener un usuario de gimnasio de hace 30 años y el día de hoy, a pesar de los avances en tecnología, conocimientos y demás. Si estarán en un lugar más limpio, bonito, con buenas máquinas, la gente uniformada y a veces hasta más sonriente pero sin poder tener los resultados que podría tener. Sigue prevaleciendo la cultura de pagar por el uso de las instalaciones más un pago extra porque “te atiendan”.
Con este modelo pierde el club o gimnasio y el cliente y ambos parece que lo propician sin darse cuenta al no tomar las medidas adecuadas para solucionarlo. La mentalidad limitada gobierna el sistema de servicio.
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Coach Carlos Velázquez Dávila
NSCA, ACE, ISSA, RTS, RBT
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carlos.velazquez@sistemafitness.com
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